R
ound
T
he
W
orld
N
oelia
A
lbert
Tras nuestra breve escala en Fukuoka, ya hemos llegado a la primera de las islas de Oinawa que vamos a visitar, Ishigaki, en la que hemos estado 6 dias.
Hemos alquilado un coche, ya que es la mejor opción para recorrerla. Las carretaras están muy bien y hay muy poco tráfico, y con Google Maps es muy sencillo llegar a cualquier sitio. Eso sí, hay que ir a paso de tortuga porque aquí casi todas las carretras tienen un límite de 40 o 50 Km/h, llegando unas pocas a 60. Este debe ser uno de los muchos motivos por los que Okinawa es una de las zonas azules del planeta, donde sus habitantes tienen una longevidad considerablemente mayor que la media, je je je...
Nuestra ruta se ha centrado en visitar las múltiples playas que hay por toda la isla, que son fantásticas, con arena blanca, aguas turquesas, cristalinas y calmadas, y ain apenas gente...solo algunos pocos japoneses, normalmente vestidos de la cabeza a los pies, que se hacen su sesión de fotos con posturittas, y se van. También nos hemos encontrado con unas cuantas sesiones de fotos de recién casados vestidos con sus trajes de boda, haciéndose fotos en las playas con el espectacular mar de fondo. Niormalmente si en la playa había alguien en nuestro plan, de estar tirados tomando el sol y bañándose, era alguno de los pocos occidentales que estamos en estas islas, ya que la mayoría de gente que las visita son japoneses.
Lo que afortunadamente no hemos encontrado es ningún bicho marino peligroso que se dejan ver por estas aguas, como las box jellyfish (medusas muy venenosas), serpientes marinas, y el pez escorpión entre otros... en teoría ahora tampoco es la época en la que suelen aparecer, sino que es más entre junio y septiembre. Nosotros vamos siempre vigilando por si acaso!! 😁
Las playas que más nos han gustado han sido Tabaga beach, y Akaishi beach, donde hemos estado prácticamente solos, y Yonehara Beach, esta un poco más concurrida, sobretodo de japoneses haciendo snorkel, ya que tenía algo de corales y peces para ver.
Otras cosas que hemos hecho ha sido ir a la bahía de Kabira y al observatorio Tamatorizaki para ver las mejores vistas de la isla.
Y claro, en Japón no podía faltar deleitarnos con la expectacular comida del país. A pesar de que a veces es complicado elegir restaurante y comida, principalmente por la escasez de inglés en las cartas, al final está todo tan bueno, que elijas lo que elijas casi seguro que aciertas. Entre otras cosas, hemos probado sushi, sashimi, y Albert un día se dio un homenaje de carne de vaca japonesa a la piedra buenísima. Aquí a pesar de ser una isla, además de pescado tienen un montón de granjas de vacas y carne de wayu de primerísima calidad. Otra gran opción que hemos encontrado para cenar es la comida que preparan a diario en el supermercado para llevar. Todo hecho en el día, muy fresco y rico, y una oferta súper variada.
La verdad que la isla nos ha encantado, super tranquila, con playas espectaculares, y comida japonesa riquísima. La estancia se nos ha hecho bastante corta, así que habrá que volver!! 😃👏🏻👏🏻