La última semana la hemos pasado en Manila, la capital del país, y nos hemos llevado una sorpresa muy positiva.

Teníamos un recuerdo de Manila como una ciudad muy fea, algo mejor que Cebú (en su momento), pero no mucho. Recordábamos que tras dar unas pocas vueltas por la ciudad, enseguida nos dimos cuenta que la única zona decente eran un par de centros comerciales al aire libre, el Glorietta y el Greenbelt (todavía recordábamos los nombres), y ya prácticamente no salimos de ahí.

De hecho está vez, si hubiéramos podido, no hubiéramos ni pasado por Manila, pero las combinaciones para salir del país hacían casi obligatorio pasar por aquí, así que decidimos darle una nueva oportunidad.

Y cómo nos alegramos! Nos hemos encontrado una ciudad que nos ha encantado, y que poco tiene que ver con lo que conocimos en 2009.

La zona alrededor del Greenbelt y Glorietta, Makati city, ha mejorado un montón y ahora es un barrio bastante grande y nuevo, con edificios altos ultra modernos, unas aceras super anchas por las que se puede pasear fantásticamente bien, y un montón de parques y jardines super bien cuidados. Desde Seul que no veíamos algo tan moderno y cuidado.

Otra zona que hemos descubierto es la zona de Port Bonifacio, todavía más nueva y moderna que Makati, con grandes avenidas y paseos llenos de tiendas, restaurantes y jardines, que también está genial.

Incluso hemos ido a revisitar la zona de Intramuros, zona amurallada donde están el casco antiguo con las reliquias coloniales de la época española, con el fuerte de Santiago, la catedral y algunas iglesias más. Estaba bien, y algo mejor cuidado de lo que lo recordábamos, pero tampoco es nada por lo que valga la pena hacer una parada expresa en la ciudad.

También, como solemos hacer en toda ciudad de este estilo, hemos aprovechado para ir a un rooftop bar para tener las mejores vistas de la ciudad, e incluso hemos conseguido encontrar un par de restaurantes filipinos modernos que nos han encantado, y que tanto cuesta de encontrar (si es que los hay) en el resto del país. De hecho es curioso que tanto en Makati como en Bonifacio, la mayoría de restaurantes chulos son japoneses, seguidos de coreanos y occidentales, pero apenas los hay filipinos.

Sí hay que reconocer que aparte de Makati y Fort  Bonifacio, la ciudad es bastante normalita o fea, pero estás dos zonas son suficientemente grandes y tiene de todo como para no tener que salir de ellas.

Y después de estos días en Manila, ya nos vamos de Filipinas. Nos vamos del país con un sabor agridulce, ya que esperábamos poder disfrutar más de playas y sitios paradisíacos. Pero es curioso que al final, en un país como Filipinas, lo que más nos ha sorprendido y donde hemos estado más a gusto, ha sido en las dos ciudades principales, Cebú y Manila, en las que estábamos un poco como de oasoy.  Ya sea por las constantes lluvias, la cantidad de gente, la dificultad para llegar a las playas y sitios o el alojamiento bastante básico, no hemos podido disfrutar como nos hubiera gustado del entorno natural de este país.

De hecho es de los pocos países de los que nos vamos con sensación de que no nos importa irnos ya y no quedarnos más tiempo je je je 

Ahora empezamos nueva etapa en Japón!!