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La última parada por el este de Tailandia ha sido la poco conocida y muy poco turística ciudad de Rayong, que está de camino entre Koh Samet y de Bangkok.
Elegimos este destino un poco por casualidad. Después de estar tantos días en hotel en las islas, nos apetecía estar unos días en un apartamento. Nuestra primera intención era ir a Pattaya, que vendría a ser la versión thai de Benidorm, en la que vimos que había un montón, pero no nos terminaba de convencer la idea, y al descubrimos la existencia de Rayong.
Inicialmente tampoco nos convencía del todo porque la verdad es que no tiene demasiados atractivos, pero al final encontramos un apartamento bastante nuevo y chulo con piscina y gimnasio, y nos decidimos a probar.
La verdad que como ya vimos durante nuestra investigación por las redes, la ciudad no tiene nada muy destacable. Pero sí tiene algunas cosas interesantes, y la verdad que hemos pasado unos días muy agradables y hemos estado muy a gusto.
Es una ciudad muy muy local, y la prueba es que apenas hemos visto turistas durante estos días, y eso en Tailandia ya es mucho decir.
También es bastante extensa, pero no porque viva mucha gente, sino porque está todo bastante desperdigado. Prácticamente no hay edificios altos, y hay muchos solares vacíos entre edificios. Además todo parece diseñado para desplazarse en coche, ya que en general no hay aceras, y no hay problemas para aparcar al lado de cualquier sitio al que vayas. En ese aspecto, nos ha recordado a la típica ciudad de la América profunda. De todos modos, a pesar de no tener aceras, las calles son muy amplias, y caben sobradamente los coches aparcados, los que circulan, y los pocos peatones que se desplazan andando, o sea, nosotros :-) Esto de ser de los pocos que nos desplazamos andando, es algo que cada vez nos damos más cuenta de que es bastante común en el sudeste asiático, donde se ve a muy poca gente local que se desplace andando.
Los principales atractivos de Rayong están alrededor de la playa. Aunque no es una playa ni mucho menos paradisíaca, tampoco está mal. Está formada por pequeñas calitas (artificiales), con espigones de rocas entre ellas (un poco al estilo de Sitges). Pero claro, como en la ciudad apenas hay turistas, no hay absolutamente nadie tomando el sol o bañándose. La gente utiliza la playa para llevarse unas sillas, mesa y neverita, y hacerse ahí su picnic, sobre todo al acercarse el atardecer, o también para pescar.
Otra cosa que nos ha gustado es una zona de un bosque de manglares que está justo detrás de la playa, que es bastante grande, y es ideal para darse largos paseos rodeados de naturaleza ya que había una pasarela de madera que recorría toda la zona y podías ir paseando.
Un día fuimos por lo que de supone que era el centro de la ciudad y vimos varios templitos típicos tailandeses muy chulos.
Y otro atractivo de la ciudad son las marisquerías que hay a lo largo de toda la playa. Pescados, mariscos y comida thai buenísima a pie de playa y en la misma arena. Aparte de ricas, algunas de ellas nos han sorprendido también por lo modernas y chulas que son en un sitio tan local, También hay algunas en las que se puede ir a tomar unas cervecillas al atardecer en plan chillout, al más puro estilo café del mar. La verdad que los atardeceres en esta zona son espectaculares... El cielo se teñía cada tarde de unos colores entre anaranjados y rosas preciosos.
Y como no podía faltar, algunos restaurantes de la playa tenían su correspondiente fire show ... Bastante chulo la verdad!! 👌🏻
Entre marisquerías, también había muchas “zonas de secado de pescado” (montón de bandejas enormes llenas de pescado abierto tostándose al sol), que luego vendían en un montón de tiendas por la zona. Le hemos dado alguna oportunidad, pero la verdad es que no nos ha terminado de convencer.
Aparte de eso, hemos aprovechado también para comer muchos días en casa, que después de tanto tiempo por las islas teniendo que comer siempre en restaurantes, ya nos apetecía. Y también para ponernos bien en forma en la piscina y el gym.
En definitiva, que a pesar de no ser una ciudad especialmente bonita, hemos estado muy a gusto, hemos podido conocer mejor cómo es la auténtica vida tailandesa en una ciudad costera!!
Y con Rayong nos despedimos (esperamos que no por mucho tiempo) de Tailandia, y nos dirigimos ya a Filipinas, donde tenemos dos mesecillos por delante!! A ver qué tal!!