Nuestra siguiente parada en Laos ha sido Luang Prabang.

Lo primero que nos ha sorprendido (muy positivamente) es el transporte entre Vientiane y Luang Prabang, ya que hay un tren súper nuevo y moderno del estilo del AVE que une ambas ciudades en menos de 2h. Sorprende porque Laos, de todos los países que hemos visitado hasta ahora del este asiático, es el que estaría en la cola en cuanto a desarrollo, y en cambio la mayoría de sus vecinos no tienen nada parecido. Además las carreteras en el país están en bastante mal estado. Por la ciudad de Vientiane están bastante decentes, pero solo alejarse un poco del centro ya se empieza a ir enseguida por auténticos caminos de cabras.

De hecho para hacer el mismo trayecto Vientiane - Luang Prabang por carretera se tarda un mínimo de 7h, y eso teniendo suerte.

La explicación a semejante infraestructura es la inversión china. El tren de hecho, después de Luang Prabang sigue hasta la ciudad china de Kunming, una "pequeña" ciudad china de más de 8 millones de habitantes.

Eso imaginamos que explica también la cantidad de "rebaños" de chinos (raramente se les ve solos) que hemos visto visitando la ciudad, que aparecen y desaparecen en minibuses a determinadas horas del día (normalmente pronto por la mañana y por la tarde-noche) para visitar los sitios turísticos de turno. Bastante curioso el fenómeno porque el resto del día apensa se les ve...🀷‍♂️

Respecto a la ciudad de Luang Prabang en sí misma, es una ciudad muy ligada a la cultura religiosa budista. Todo el centro está lleno de templos muy chulos, en los que viven los monjes budistas, con sus características túnicas naranjas y pelo rapado. De hecho, por toda la ciudad, se ven un monton de monjes paseando continuamente y claro, con esas túnicas naranjas, son bastante llamativos.

Y todas las mañanas a las 6am se hace la ceremonia de "almsgiving", que consiste en una procesión de los monjes por la calle principal del pueblo, y los habitantes del pueblo les ofrecen comida, ya que los monjes teóricamente no pueden tener dinero ni pertenencias (luego muchos van con su móvil y otras cosas, pero bueno...je,je..). El evento se ha convertido hoy en día en algo super turístico y al final hay hileras de chinos que llenan las aceras y van llenando las cestitas que llevan los monjes para recoger la comida con "sticky rice" (muy típico de aquí), frutas, y todo tipo de alimentos que les ha preparado en un pack su touroperador. Todo un show......

Nosotros nos levantamos pronto un día para verlo y suficiente. Pero lo hemos sufrido todos los días porque sobre las 5:40 am empiezan a llegar un montón de minibuses llenos de chinos, que empiezan a bajar y a gritar como descosidos, y una vez termina, sobre las 6:20, hacen el camino inverso (también a gritos). Después volvía ya la paz.

El resto del tiempo hemos estado paseando por la ciudad y por los templos, y también hemos subido al monte Phousi, que se sube por unas ecaleras desde el centro del pueblo que están llenas de estatuas de budas y dragones, y arriba hay otro templo, pero lo mejor son las vistas a toda la ciudad y a los ríos Mekong (uno de los más largos del mundo) y uno de sus afluentes, el Namkhan.

También hemos hecho una excursión a las cascadas de Kuang Si, a poco menos de una hora en coche de Luang Prabang, que aunque nada que ver con las más grandes del mundo, sí eran bastante impresionantes. Ademas que ahí nos pudimos dar algunos chapuzones (el agua estaba bastante fresquita) , y también ver unos cuantos osos negros que viven ahí en semi libertad para protegerlos, ya que están en extinción.

Aparte de templos, el centro de la ciudad también tiene un mercadillo nocturno, con tiendas de souvenirs y puestos de street food, y un montón de restaurantes chulos en los que degustar la comida laosiana, que nos ha gustado, pero menos que las de otros países de la zona. Muchos de los bares y restaurantes están a orillas del río, y con muy buenas vistas, sobretodo al atardecer.

Y tras la visita a Luang Prabang, nos queda un día más en Vientiane, desde donde cogeremos el avión ya hacia Barcelona para estar unos días allí.